Al hilo de nuestra entrada sobre la seguridad de los pagos y la tokenización, a continuación analizamos algunos de los avances y novedades en tecnología, como las medidas en seguridad biométrica, y ahondamos en la tecnología contactless, muy vinculada a uno de los medios de pago que más utilizamos en nuestro día a día.
Tras la implantación de la tecnología EMV, el conocido chip incorporado desde 2011 a todas las tarjetas en Europa, se ha avanzado de forma considerable en la estabilidad de los pagos electrónicos. La seguridad se ha incrementado y el pago se realiza en un entorno de transacciones mucho más fiable, que posibilita que el consumidor verifique su identidad como titular. No obstante, ¿en qué punto nos encontramos? Recientemente, se ha desarrollado e implantado a gran escala la tecnología denominada contactless o sin contacto.
La tecnología que facilita los pagos sin contacto se encuentra integrada en el interior de las tarjetas que empleamos habitualmente para pagar, en las que se encuentra una antena NFC -siglas de Near Field Communication– de pequeñas dimensiones. Los consumidores no somos capaces de apreciarla no solo por su tamaño sino por su ubicación dentro del dispositivo. Esta antena es la que permite conectarse a un TPV (datáfono) para realizar rápidamente el pago, de forma prácticamente instantánea. En los smartphones que disponen de tecnología NFC esta se basa en la tecnología RFID (Radio-Frequency Identification), a través de radiofrecuencia, que habilita la interacción bidireccional entre dispositivos electrónicos próximos entre sí. Es decir, en España, se puede pagar de forma rápida y segura sencillamente acercando la tarjeta al TPV. En este sentido, la aplicación de esta tecnología de pago contactless supone a la vez una novedad reciente e importante a nivel de movilidad y en las nuevas formas de pago en el transporte metropolitano, ya que permite su utilización como si fuese el propio billete del pasajero, únicamente con aproximar al lector el dispositivo móvil o tarjeta, con la agilización que supone de cara a la gestión del importe.
Además de las facilidades mencionadas, se están desarrollando y se implantarán nuevas posibilidades de colaboración en el ámbito de la movilidad inteligente, como el uso del Big Data o el vehículo autónomo. El avance tecnológico se incrementa día a día y los consumidores tienen que ser conscientes que son parte del mismo, a través del uso de las diferentes herramientas que se le ofrecen.
En este sentido, respecto al número de transacciones, en el cuarto trimestre de 2018 se registraron más de 205 millones de transacciones, un 33,2% más. Es muy significativo el hecho de que la Administración publicase en noviembre de 2017 que el comercio electrónico alcanzó en 2016 los 25.354 millones de euros, un año en el que el crecimiento de las operaciones online en España creció un 22%. Los datos fueron expuestos por el Estudio sobre Comercio Electrónico B2C (Business to Consumer) 2016, realizado por el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la Sociedad de la Información (ONTSI – vinculado a la entidad pública Red.es), del por entonces Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital. Actualmente, la situación ha variado aún más y, además de que el área de Agenda Digital ahora se denomina Avance Digital y está integrada en el Ministerio de Economía, la CNMC informa que en 2018 la cifra de comercio electrónico roza los 40.000 millones de euros. Es decir, en 2 años se habría incrementado casi el doble.
Al hilo de lo anterior, es interesante conocer las áreas en las que se produce la mayor actividad. En este sentido, el transporte terrestre de viajeros lidera el ranking por compraventas (7,6%). Además, según el portal de datos de la CNMC, las áreas de actividad con mayor porcentaje de volumen de negocio del comercio electrónico dentro de España son:
Por debajo del 5% se encuentran el transporte aéreo (4,2%); hipermercados, supermercados y tiendas de alimentación (4%); juegos de azar y apuestas (3,6%) y marketing directo (3%).
Este dato contrasta con el volumen de negocio desde el exterior con España que destaca en las áreas de actividad relacionadas con el sector turístico (agrupando a las agencias de viajes, transporte aéreo, transporte terrestre, alquiler de automóviles y los hoteles) acaparando el 69,2% de las compras que desde el extranjero se hacen en webs de comercio electrónico españolas. La mayoría de este volumen procede de la Unión Europea, con un 70%, seguido de América Latina (7,2%), Asia Pacífico (6%) y Estados Unidos (5,2%).
A nivel de ingresos, los sectores de actividad con mayores ingresos han sido las agencias de viajes y operadores turísticos, con el 11,5% de la facturación total; el transporte aéreo, con el 8,6% y las prendas de vestir, en tercer lugar, con el 6,8%. Los datos afianzan los que expusimos en nuestra entrada sobre digitalización del consumidor, junto con el Índice de Economía y Sociedad Digital (DESI), confirmando la tendencia del consumidor en la diversificación de sus compras en bienes y servicios y una digitalización de la economía que ha llegado para quedarse.