La España vaciada es un tema muy de moda. No solo ya ha conseguido tener presencia en la nueva legislatura del Congreso con el escaño de Teruel Existe, sino que ha sabido encontrar un espacio en la agenda mediática con el objeto de solucionar las diferencias que existen entre el mundo rural y urbano, sobre todo en temas como los avances tecnológicos y el abandono social.
Y es que, en uno de esos puntos, la revolución tecnológica está poniendo en situación de vulnerabilidad a un grupo de población desconectada y en riesgo de quedarse sin acceso a la banca porque los tradicionales son cada vez más digitales y los nuevos son nativos digitales directamente.
Por ejemplo, con su apuesta de reducir sucursales y cajeros automáticos. En la última década, se ha reportado en España el cierre de más de 20 mil sucursales y se han eliminado más de 11 mil cajeros, entre ellos, uno de los cierres más recientes, fue el del cajero de la cuesta de Carlos V de Toledo, considerado el primer cajero automático de España.
Los bancos están digitalizando el sector por dos razones: reacción frente a las Fintech que se están quedando con un nicho de mercado que ellos no alcanzan y por una cuestión de reducción de costes. Beatriz Kissler, de CaixaBank, explicó durante el encuentro nacional que organizó ADICAE sobre la revolución digital de las finanzas, que “el efectivo le sale caro a los bancos”.
Esta situación perjudica directamente a los consumidores que se ven obligados a usar las nuevas tecnologías aunque no sepan hacerlo o no tengan como hacerlo.
Y ese es un gran reto que debe asumir el sector con la administración pública como subsidiaria, tal y como propuso el presidente de ADICAE, Manuel Pardos, durante su intervención en dicho evento. Con la alfabetización digital, no solo se reduce el riesgo de que los consumidores sean engañados, sino que además les ayuda a optimizar todas las oportunidades que aporta la revolución digital.
La presencia de Internet en los hogares españoles creció cinco puntos porcentuales con respecto al último año, según la última encuesta publicada por el Instituto de Estadística.
Esta cifra supone que 15 millones de hogares tienen acceso a Internet, en su mayoría de banda ancha. Aún así queda un 10% de hogares desconectados que están en riesgo de la exclusión.
Entre los motivos, los encuestados aseguraron que no tienen porque no lo necesitan (75%), por falta de conocimiento (51%) y por los altos costos del equipo (28%).
Aún así solo el 60% de los consumidores de banca aseguran usar la aplicación de sus bancos en sus terminales. ADICAE consultó entre los consumidores y un gran porcentaje de ellos aún prefiere el trato personal y acudir al banco para diferentes gestiones